“Tengo una enfermedad, pero no soy una persona enferma”

Oct 22, 2021 | Derma

María Hernández, de 45 años, una paciente que convive con esta patología desde hace 17 años explica cómo hacer frente a esta patología.

Tenía 28 años cuando empezó el dolor. Al principio fue poco a poco. Un día me dolía la rodilla, el otro la muñeca, después un tobillo. Cuando vi que esto no paraba y empecé a darme cuenta de que no era normal acudí al médico. Pero no dieron con la respuesta a lo que me estaba pasando. Tardaron un año en dar una explicación a mis síntomas: artritis reumatoide.

No tenía ni idea de qué era esta enfermedad. Cuando te hablan de artritis lo asocias al reúma, a eso de lo que mucha gente mayor se queja. Cuando recibí el diagnóstico eché en falta a profesionales que me explicaran algo más allá de la enfermedad y su tratamiento. Necesitaba saber más. Que me contaran cómo sobrellevar las complicaciones, las limitaciones que van apareciendo. Trucos sencillos como los que me han enseñado en terapia ocupacional como, por ejemplo, utilizar edredón de plumas para que hacer la cama sea más fácil. O qué herramientas puedo tener en la cocina para abrir las botellas sin hacerme daño. Parecen tonterías, pero cuando sufres esta patología hay tareas muy sencillas que pueden suponer un mundo. Con el tiempo, te vas acostumbrando. Y si, además, cuentas con apoyo familiar, como es mi caso, ya que todo mi entorno me ha ayudado mucho, especialmente, mi marido, puedes hacer una vida normal.

Es cierto que he tenido que operarme de las manos, que he tenido que hacer renuncias y me han cambiado el tratamiento varias veces, porque llega un momento en que deja de funcionar como al principio, pero mi calidad de vida hoy por hoy es buena. También influye tu manera de afrontar lo que te ocurre. En mi caso, nunca he adoptado un papel de víctima y, aunque soy consciente de que tengo una enfermedad, no me siento una persona enferma”.

En la actualidad, la AR no tiene cura, pero sí hay fármacos muy útiles para su control. Asimismo, el diagnóstico temprano que permita tratar al paciente lo antes posible evita la progresión de la enfermedad y complicaciones como la deformidad permanente o trastornos colaterales como la depresión, ansiedad, sentimientos de impotencia y aislamiento social.

Son varias las líneas de tratamiento que se utilizan: antiinflamatorios, analgésicos, fármacos antirreumáticos como el metotrexato y, en ocasiones, corticoides. Normalmente, los pacientes reciben un cóctel de estos medicamentos en mayor o menor dosis según el grado de severidad de la enfermedad. El problema es que no siempre son efectivos para todos los pacientes. Y, con el tiempo, pueden perder su eficacia. 

Afortunadamente, en los últimos 20 años, el avance en reumatología ha sido muy notable gracias, sobre todo, al uso de las terapias biológicas. Éstas atacan a una sustancia denominada TNF alfa responsable de los procesos antiinflamatorios y la destrucción ósea. Los pacientes que pueden recibirla experimentan una remisión de la enfermedad. Pero todavía queda mucho camino que recorrer. 

 

¡Llámanos y obtén tu primera consulta!

FB

TE PUEDE INTERESAR

Concientizar hábitos, familia, COVID

Concientizar hábitos, familia, COVID

¿QUIÉNES SOMOS? PLANES ¿CÓMO FUNCIONA? PADECIMIENTOS BLOG CONTÁCTANOS