La diabetes y el sobrepeso son dos condiciones de alta prevalencia que representan un reto creciente para la salud pública. Ambas están íntimamente relacionadas y, juntas, pueden desencadenar complicaciones graves si no se controlan. Entender su interacción y adoptar cambios sostenibles puede marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes las enfrentan.
Una relación que va más allá de los números
El sobrepeso, especialmente la acumulación de grasa abdominal, aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, un factor clave en la diabetes tipo 2. A su vez, la diabetes puede dificultar la regulación del peso debido a los cambios metabólicos que provoca. Es un ciclo que requiere atención integral y enfoque en la prevención.
Complicaciones Cardiovasculares:
- El exceso de peso se traduce como un aumento de grasa visceral, esa grasa aumenta el espesor de la sangre, ocasionando que el corazón tenga que hacer mas esfuerzo para bombear la sangre a todo el cuerpo, ocasionando que se produzca una insuficiencia cardiaca, de igual modo el exceso de glucosa en la sangre conlleva al almacenamiento de glucosa en forma de grasas en hígado, generando inflamación del hígado, y aumento de la producción de grasa a partir de la glucosa lo cual aumente la grasa visceral, la grasa subcutánea, elevando la tensión arterial, ocasionado hígado graso, insuficiencia cardiaca y mas enfermedades del corazón
- Mayor estrés en el cuerpo: con el aumento del azúcar en la sangre se genera una inflamación interna lo que ocasiona afectación en los órganos con vasos sanguíneos pequeños como riñones, corazon, hígado, cerebro y ojos, además de que el aumento de peso ocasiona mayor estrés mecánico en las articulaciones ocasionando dolor articular y desgaste articular prematuro
- Inflamación crónica: El tejido adiposo en exceso promueve procesos inflamatorios que agravan la resistencia a la insulina.
Un Llamado a la Prevención
La diabetes y el sobrepeso son prevenibles y manejables con la información adecuada y un enfoque en hábitos saludables. La clave no está en soluciones extremas, sino en construir una rutina sostenible que combine actividad física, una alimentación equilibrada y controles médicos regulares.
Recuerde, cada pequeño cambio suma y puede ser el primer paso hacia una vida más plena y saludable.